viernes, 8 de mayo de 2009

nuestra casa









nada queda de nuestra casa
ya no hay cajas, ni cinta
para embalar, ni camiones
de mudanza esperando su carga
no hay mas ropa, ni libros
ni plantas, ni cuadros, sólo quedan
alfombras y empapelados gastados

no habrá mas veranos en esa casa
ni juegos a escondidas a la hora de la siesta
no habrá olor a bizcochuelo de vainilla
a la vuelta de la escuela, ni a pan
recién tostado los domingos por la mañana
no escucharemos música ni los gritos
de los chicos
jugando a la popa mancha

no festejaremos mas cumpleaños en esa casa
ni ascensos, ni materias aprobadas
no planificaremos ningún viaje
ni veremos nuestras caras
frente al espejo

ya no hay abuelos, ni padre
ni madre, nada queda
de nuestra casa

paula aramburu, 07/05/09

5 comentarios:

  1. Me gusta tu poesía sencilla , tranquila..
    Te agendé a mi blog que estoy rmano
    Irene

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  2. hermoso el poema, mi abrazo !

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  3. Un elogio a los desiertos de nuestra casera cotidianidad. Lo sentí propio.

    Saludos...

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  4. qué poema Paula!!
    cómo no sentirse un poquit huérfano dentro y gracias a él?
    me encantó

    Lupus

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  5. muchísimas gracias a todos por sus comentarios, realmente me llena de alegría recibirlos.
    creo que un lector es algo así como la medida de lo que escribimos, un eco, la repercusión, y saber que alguien puede sentir este espacio como "propio", y que otros que ya han pasado por aquí lo siguen haciendo, es sumamente alentador.
    de nuevo, mil gracias a todos.

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