Siempre vuelvo a este libro, la vista, de claudia masin, por la belleza de sus imágenes, por su profundidad, su intensidad, por su modo de hablar del amor, del encuentro, el desencuentro, el desamparo; por esa intimidad y cadencia que nos lleva de un poema a otro, como si uno emprendiera un largo viaje en el que lo que más disfruta es el trayecto, todo eso que acontece entre el punto de partida y el punto de llegada.
"Me gustaría contarte lo que veo, hablarte
de los hoteles abandonados apareciendo de la nada
en el medio de la carretera como castillos solitarios
cuyos puentes levadizos hubieran sido
dinamitados hace tiempo. Me gustaría
contarte lo que veo pero es imposible
hallar un dolor que condescienda
a ser narrado. ¿Vale la pena entonces,
emprender tan largo viaje para ir de un extremo
al otro del silencio? También es imposible
callar por completo: sé que terminaré por llamarte,
como se llama a alguien cuando se está a oscuras,
sin el auxilio de la voz, un estremecimiento
semejante al de las luciérnagas
que al chocar contra un parabrisas en la ruta,
se deshacen esparciendo una nube pequeña
de polvo y luz, y ésa -quizás- es su idea
de un encuentro."
Claudia Masin, la vista, Visor Libros, Madrid, 2002.
"Me gustaría contarte lo que veo, hablarte
de los hoteles abandonados apareciendo de la nada
en el medio de la carretera como castillos solitarios
cuyos puentes levadizos hubieran sido
dinamitados hace tiempo. Me gustaría
contarte lo que veo pero es imposible
hallar un dolor que condescienda
a ser narrado. ¿Vale la pena entonces,
emprender tan largo viaje para ir de un extremo
al otro del silencio? También es imposible
callar por completo: sé que terminaré por llamarte,
como se llama a alguien cuando se está a oscuras,
sin el auxilio de la voz, un estremecimiento
semejante al de las luciérnagas
que al chocar contra un parabrisas en la ruta,
se deshacen esparciendo una nube pequeña
de polvo y luz, y ésa -quizás- es su idea
de un encuentro."
Claudia Masin, la vista, Visor Libros, Madrid, 2002.
Es maravilloso este poema, Paulita
ResponderEliminarPerfecto, bello.
Todo ese libro...
Me encanta que lo hayas subido, y también el de Benedetti del pos anterior. Comparto plenamente con vos mi distancia actual respecto de su poesía.
Pero me conmueve despedirlo por lo que fue él, lo que significó en Uruguay, y sobre todo: él persona, él Mario.
No obstante eso, el poema que subiste es realmente muy lindo.
En mi adolescencia, yo lo conocí por A la izquierda del roble, y esos poemas son parte de la historia de mi vínculo con la poesía, él es parte de eso, como me pasa con algunos poetas que mencioné en Las elecciones afectivas, como una forma de reconocer ese formar parte de mi historia, y con una actitud, desde ese lugar, agradecida.
Te mando un besotón