sábado, 10 de marzo de 2012

memorias de una viuda - joyce carol oates

"El silencio eterno de estos espacios infinitos me atemoriza. Es horrible sentir que todo lo que poseemos se nos escapa. Entre nosotros y el cielo o el infierno sólo hay vida, que es la cosa más frágil del mundo. El último acto es trágico, por muy feliz que sea el resto de la obra, al final arrojan un poco de tierra sobre nuestras cabezas, y ese es el final definitivo.
   Navegamos en una vasta esfera, siempre a la deriva y en la incertidumbre, empujados de un extremo a otro. Cuando pensamos en atarnos a cualquier punto, se tambalea y nos abandona; y si lo seguimos, se nos escapa de las manos, se escabulle y desaparece para siempre. Nada se queda a nuestro lado. Ésta es nuestra condición natural y, sin embargo, es completamente opuesta a nuestras inclinaciones; ardemos de deseos de encontrar un terreno firme y una base definitiva y segura sobre la que construir una torre que llegue hasta el Infinito. Pero nuestros fundamentos se agrietan, y la tierra se abre hacia el abismo."

Joyce Carol Oates, Memorias de una viuda, Alafaguara, Bs. As., febereo 2012.