Ella, a la luz de una linterna, escribe en su diario
"julio 12, 11 p.m.
Hoy no encontramos donde dormir, estamos en el carro. Hace unas horas llegamos a Peñas Blancas y preferimos no arriesgarnos a cruzar la frontera; de hecho, decidimos que, de llegar a la frontera sur, tampoco la cruzaríamos, sería arriesgarse tontamente. Se podría decir que dar vueltas es el destino de esta relación. Un perro que se muerde la cola y se la arranca.
En la carretera, muertos, conté tres perros, un gato y algo que parecía una rata gigante, asquerosa. Dice que se llaman zorros. Un zorro, estúpida. Así dijo.
julio 13, 5:25 am.
Ya amaneció pero sigue dormido. Parece que está incómodo, pero no resucita. No creo que lo extrañe mucho, tal vez esa manera suya de dormir con los ojos entreabiertos, como si estuviera muerto. O despierto."