Cuando estuvo Irene Gruss dictando un taller de poesía en el Festival Internacional de Poesía de Rosario 2010, entre otras cosas, lo primero que nos preguntó fue: "qué los conmueve"?
Me conmueve viajar, recorrer rutas, caminos, autopistas, calles y callecitas, navegar, atravesar túneles y puentes, todo lo que implique un trayecto, un traslado, un desplazamiento de un punto a otro, eso me genera un estado único. Sentir mi cuerpo sumergido en el agua, ya sea de una pileta de natación con agua fresca y limpia, o en un mar de agua celeste, verde, clara. Me conmueven las grandes superficies que se pierden en el horizonte: los desiertos de arena, roca, tierra, hielo y sal; las cadenas montañosas, las mesetas, las dunas, las llanuras verdes y amarillas, si están sembradas mejor, los campos de girasoles con sus caras mirando al sol, el mar en todos sus estados y a toda hora; el cielo, con o sin nubes, de noche, de día, gris, turquesa, rosado, naranja, azul, negro. La cara de la luna: sus ojos, la boca, y su nariz, que tan claramente sigo distinguiendo desde mi ventana, como cuando era chica. El ciclo de las cuatro estaciones. El paso del tiempo, las cosas que se pierden en ese paso, y las que se ganan, recuperan. El sonido de la lluvia repiqueteando en las hojas de las plantas y de los árboles, cuando cae y golpea contra las persianas, y el sonido que hacen las ruedas de los autos cuando la calle está mojada. Una brisa fresca en un día muy caluroso, y el alivio que viene con ella. El clima previo a las tormentas: esa atmósfera densa e incierta que se respira antes de que se escuche el primer trueno. El aroma de la tierra mojada, por la lluvia, por el riego, por el rocío de la madrugada; el perfume del césped recién cortado. Los hongos que crecen desde el fondo de la tierra y en la corteza de los árboles. El canto de las chicharras en las siestas de verano. Los aromas de la canela, el café y el chocolate; el pan recién horneado; el aroma de los jazmines y las fresias. Un desayuno en un hotel: no hay como el café con leche y las medialunas de los hoteles. La luz del crepúsculo. La forma que adquieren las nubes, y su invitación a ser interpretadas como si se tratara de un sueño o un jeroglífico. El movimiento del agua en cualquier lugar y circunstancia. La música, el sonido que emiten los violines, el piano. Las imágenes que veo a través de la lente de mi cámara. Un baño de inmersión con espuma y sales después de un largo día. Conseguir un libro inhallable. Un abrazo, un fuerte y largo abrazo. Ver crecer a mis sobrinos sanos, fuertes, inteligentes, buenos, generosos. El primer día que cada uno de ellos dijo "tía" con total claridad, y cuando la más chiquita me dice "ita, miá" mostrándome el mundo desde sus enorme ojos. El amor que me une a mi hermana. Los recuerdos de mi infancia junto a ella y mis padres.El amor que me une a mis amigos y amigas, a quienes quiero como esos hermanos que nos regala la vida, el tiempo. Todo lo recién nacido: una criatura, un animalito, el brote de una planta, una flor nueva... El vuelo de las mariposas. La migración de los pájaros. La vida de los pingüinos en tierras congeladas. No sólo me conmueve, sino que me quiebra al medio perder a la gente que amo; me conmueven las despedidas, los reencuentros, y esa conexión única, maravillosa, espontánea, genuina, sincera, que se da con muy pocas personas y sólo contadas veces en la vida. Me conmueven las personas apasionadas en el amor, apasionadas por su trabajo, por la escritura, por la vida. Me conmueve escribir, leer, econtrarme y descubrir las historias de los otros. Me conmueve sentirme enamorada (uno de los mejores estados que tuve la suerte de sentir). Y me conmovía hacer el amor con el hombre que amaba: su mirada, el tono de su voz, el modo en que me tocaban sus manos.
Y a Uds... qué los conmueve?
Me conmueve viajar, recorrer rutas, caminos, autopistas, calles y callecitas, navegar, atravesar túneles y puentes, todo lo que implique un trayecto, un traslado, un desplazamiento de un punto a otro, eso me genera un estado único. Sentir mi cuerpo sumergido en el agua, ya sea de una pileta de natación con agua fresca y limpia, o en un mar de agua celeste, verde, clara. Me conmueven las grandes superficies que se pierden en el horizonte: los desiertos de arena, roca, tierra, hielo y sal; las cadenas montañosas, las mesetas, las dunas, las llanuras verdes y amarillas, si están sembradas mejor, los campos de girasoles con sus caras mirando al sol, el mar en todos sus estados y a toda hora; el cielo, con o sin nubes, de noche, de día, gris, turquesa, rosado, naranja, azul, negro. La cara de la luna: sus ojos, la boca, y su nariz, que tan claramente sigo distinguiendo desde mi ventana, como cuando era chica. El ciclo de las cuatro estaciones. El paso del tiempo, las cosas que se pierden en ese paso, y las que se ganan, recuperan. El sonido de la lluvia repiqueteando en las hojas de las plantas y de los árboles, cuando cae y golpea contra las persianas, y el sonido que hacen las ruedas de los autos cuando la calle está mojada. Una brisa fresca en un día muy caluroso, y el alivio que viene con ella. El clima previo a las tormentas: esa atmósfera densa e incierta que se respira antes de que se escuche el primer trueno. El aroma de la tierra mojada, por la lluvia, por el riego, por el rocío de la madrugada; el perfume del césped recién cortado. Los hongos que crecen desde el fondo de la tierra y en la corteza de los árboles. El canto de las chicharras en las siestas de verano. Los aromas de la canela, el café y el chocolate; el pan recién horneado; el aroma de los jazmines y las fresias. Un desayuno en un hotel: no hay como el café con leche y las medialunas de los hoteles. La luz del crepúsculo. La forma que adquieren las nubes, y su invitación a ser interpretadas como si se tratara de un sueño o un jeroglífico. El movimiento del agua en cualquier lugar y circunstancia. La música, el sonido que emiten los violines, el piano. Las imágenes que veo a través de la lente de mi cámara. Un baño de inmersión con espuma y sales después de un largo día. Conseguir un libro inhallable. Un abrazo, un fuerte y largo abrazo. Ver crecer a mis sobrinos sanos, fuertes, inteligentes, buenos, generosos. El primer día que cada uno de ellos dijo "tía" con total claridad, y cuando la más chiquita me dice "ita, miá" mostrándome el mundo desde sus enorme ojos. El amor que me une a mi hermana. Los recuerdos de mi infancia junto a ella y mis padres.El amor que me une a mis amigos y amigas, a quienes quiero como esos hermanos que nos regala la vida, el tiempo. Todo lo recién nacido: una criatura, un animalito, el brote de una planta, una flor nueva... El vuelo de las mariposas. La migración de los pájaros. La vida de los pingüinos en tierras congeladas. No sólo me conmueve, sino que me quiebra al medio perder a la gente que amo; me conmueven las despedidas, los reencuentros, y esa conexión única, maravillosa, espontánea, genuina, sincera, que se da con muy pocas personas y sólo contadas veces en la vida. Me conmueven las personas apasionadas en el amor, apasionadas por su trabajo, por la escritura, por la vida. Me conmueve escribir, leer, econtrarme y descubrir las historias de los otros. Me conmueve sentirme enamorada (uno de los mejores estados que tuve la suerte de sentir). Y me conmovía hacer el amor con el hombre que amaba: su mirada, el tono de su voz, el modo en que me tocaban sus manos.
Y a Uds... qué los conmueve?
y por supuesto, hay poemas e historias que me conmueven profundamente, pero me pareció tan obvio que agregarlo a la lista no tenía mucho sentido...
ResponderEliminarLo intentaré: me conmueve lo connotativo del lenguaje, la verdad en lo no dicho, los chisporroteos que cada palabra aloja en sí, como si de un complejo ser humano se tratara. Me conmueve la originalidad. Me conmueve una nuca descubierta. Ciertas melodías. Las personas locas, la muerte. Cierta expresión en tus ojos al hablar de él. El mar en un día nublado. Caras que he visto en mis viajes, caras de expresiones otras, de mundos otros. El abismo de no ser ellos. Mis pupilas (no soporto casi mirarlas de frente, me abisman). La ropa vieja. Un pájaro muerto (esto me desarma por completo). Una nube acariciando una montaña nevada (la recuerdo y me vuelvo a emocionar). Una mujer sola y de aspecto vulnerable en la calle. Las historias de amor (propias o ajenas). Los renunciamientos.Un árbol quemado. La generosidad. Las fotos viejas. Las formas de la inmensidad: el desierto, la selva, el oceáno, un niño. Ciertos – muy específicos- actos colectivos, cuando la emoción de uno se funde y multiplica en la de todos. Recordar encrucijadas, desvíos, oportunidades perdidas- personales o históricas. Una prenda zurcida y limpia vistiendo un cuerpo. Un cielo tormentoso en el campo. El silencio cuando está cargado de dolor. Las manos de mi sobrina. Sus lágrimas (aún si son falsas). Dios mío, la muerte (otra vez). Y muchas - casi todas- de las que he leído aquí arriba. Y presiento que algunas más que no han pasado el filtro de mi corazón a los dedos que tipean.
ResponderEliminarbuenísimo, liz, conmovedor realmente, me emocionó leerte y encontrar en esta formidable enumeración tantas coincidencias, asique gracias por recordarme también todo esto otro que me conmueve, por eso gracias, gracias!
ResponderEliminary a aquellos que hayan hecho su trayecto hasta aquí, ya que llegaron, quédense, hablen, digan, escriban, que nunca es tarde para dejarse conmover...
me conmueve lo inesperado, lo humano, lo espontáneo, lo tibio, todo eso que conforma el puñado de cosas que me hacen sentir vivo, como el portador de una felicidad que me alimenta.
ResponderEliminary que me gusta compartir. si, compartir lo que me conmueve y sentir que a otro le sucede lo mismo me emociona, me conmueve doblemente.
no se si respondi a la consigna, seño Paula, pero lo intente. y no es poquita cosa.
me gustó la pregunta.
un beso conmovido.
Roberto
qué bueno, robert!! creo que estas cosas, por tontas que parezcan, nos permiten dar cuenta porqué cosas uno se siente unido al otro, a pesar de no conocernos profundamente ni por tanto tiempo, lo importante está más allá de eso.
ResponderEliminarla tuya era justamente una de las respuestas que estaba esperando, y por suerte llegó...
espero que los otros habitués del lugar también se vayan animando a hacer lo suyo: dedé, anita, vero, flor, sandra, alejandra, patricio, juan, pablo, marta, mariana, andrea, andrés, nico... y todo el que desee dejar aquí algo propio.
sabemos que no es fácil, pero vale la pena!
por mi parte, mi lista se va modificando, creciendo, enriqueciendo gracias a uds., GRACIAS!!