"Es hora de dormir. Quieres dormir en paz. Para siempre. Tomaste una decisión, tal vez cubierta de orgullo o tal vez ahora eres una dama o caballero andante quijotesco y has decidido, como un perro bajo la lluvia, sacudirte el agua que te moja. Vas a dormir dando gracias pero la luna te pisa los talones, y ves su sombrero colgado, al que tendrás que sacar del cuarto como si fuera su cabeza sin pelo que debes quitarte de la mente. Te persigue un número. El 11. El cero a la izquierda. Como si se miraran dos amantes flacos frente a frente.
Y el espejo debes borrar
Las calles evadir
Las esquinas matar
Pero está tan lejos, de eso no hay duda. Tus esquinas y las suyas no se encontrarán a menos que tomes un avión, que vueles como el pájaro que quisiste ser y se fugó por la ventana, que escribas un correo, que digas tonteras, que te humilles, que grites, que protestes, como seguramente querría el amado para alimentar una y otra y otra vez de tus penas sus victorias amorosas.
Pero ve en paz, quedamente a caminar por la ciudad contigo
Sobran razones, voces que cantan sus penas oyes (y con penas ajenas te consuelas)
Es mezquino pero sirve para darse cuenta que la tuya es una pena penita pena
Adiós amado, le dirás un día, no ahora, más tarde, no le escribas más.
Sé feliz le deseas (aunque quisieras patearlo
recoger tus buenas intenciones y mandarlo a la mierda)
El se adelantó al reloj
Tus días te ha multiplicado al revés
No te quieres mirar para no verlo 7 veces 7
Y el espejo debes sacar
Las calles cruzar por otro lado
Las esquinas de un tajo cortar"
Madeline Millán, 365 esquinas, op. cit.
Y el espejo debes borrar
Las calles evadir
Las esquinas matar
Pero está tan lejos, de eso no hay duda. Tus esquinas y las suyas no se encontrarán a menos que tomes un avión, que vueles como el pájaro que quisiste ser y se fugó por la ventana, que escribas un correo, que digas tonteras, que te humilles, que grites, que protestes, como seguramente querría el amado para alimentar una y otra y otra vez de tus penas sus victorias amorosas.
Pero ve en paz, quedamente a caminar por la ciudad contigo
Sobran razones, voces que cantan sus penas oyes (y con penas ajenas te consuelas)
Es mezquino pero sirve para darse cuenta que la tuya es una pena penita pena
Adiós amado, le dirás un día, no ahora, más tarde, no le escribas más.
Sé feliz le deseas (aunque quisieras patearlo
recoger tus buenas intenciones y mandarlo a la mierda)
El se adelantó al reloj
Tus días te ha multiplicado al revés
No te quieres mirar para no verlo 7 veces 7
Y el espejo debes sacar
Las calles cruzar por otro lado
Las esquinas de un tajo cortar"
Madeline Millán, 365 esquinas, op. cit.
imagen: la sirena, marc chagall
Aprovecho Paula para darte las gracias. Menos mal que ya doblé esa esquina..lja. Abrazos.
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