"Creo en un número incalculable de dioses que moran en el sonido, en la forma, en el color, en la fragancia. (...) Las flores y todos los elementos que componen la naturaleza tienen voces sutiles. El espacio está tejido por estas voces. El silencio jamás es absoluto. En las noches más profundas oímos siempre un murmullo lejano, revelador de una suma de infinitesimales voces: todos los pensamientos que se formulan en el mundo vibran en esas voces. En una piedra podemos oír, si escuchamos con atención, el trayecto del tiempo; en el ruido de la lluvia podemos oír el diálogo vacilante de los primeros hombres; en ciertas plantas podemos oír a las mujeres de la antigüedad elaborar secretos; en el estruendo de las olas que se elevan en los mares podemos oír la aclaración de algunos hechos históricos; ciertas alondras nos traen anuncios del futuro más próximo. Si ustedes no se dignan oír estas voces, cómo podría un dios oír las vuestras?".
Silvina Ocampo, op. cit.
Hola Paula: Buscando un modo de evitar transcribir un fragmento del cuento Fragmentos de libro invisible, googleando llegué a tu blog. Justamente, el que encuentro acá es el mismo fragmento que buscaba para compartir. No creo en las casualidades, este espacio me parece un hallazgo oportuno. Pasaré seguido.
ResponderEliminar¡Saludos!