"Los días siguientes fueron de una calma desconcertante. Robert dormía mucho y, cuando se despertaba, me pedía que le leyera mis poemas, sobre todo los que componía para él. Al principio me preocupó que le hubieran herido. Entre sus largos silencios, consideré la posibilidad de que hubiera conocido a alguien.
Reconocí los silencios como señales. Ya habíamos pasado por aquello. Aunque no hablamos de ello, me fui preparando para los cambios que se avecinaban. Robert y yo continuábamos teniendo relaciones íntimas y creo que a los dos nos resultaba difícil hablar las cosas abiertamente. De forma paradójica, él parecía quererme más cerca. Quizás fuera la intimidad previa al final, como un caballero que compra joyas a su amante antes de decirle que su relación se ha acabado. (...)
Comenzamos a hacernos más regalos. Bagatelas que encontrábamos en un rincón polvoriento del escaparate de una tienda de empeños. Objetos que nadie más quería. Cruces de pelo trenzado, deslustrados amuletos, y haikus de amor escritos en cintas y cuero. Nos dejábamos notas, pastelitos. Cosas. Como si pudiéramos taponar el agujero, reconstruir la pared resquebrajada. Llenar la herida que habíamos abierto para permitir la entrada a otras experiencias."
Patti Smith, Eramos unos niños, Lumen, Barcelona, julio 2010
Reconocí los silencios como señales. Ya habíamos pasado por aquello. Aunque no hablamos de ello, me fui preparando para los cambios que se avecinaban. Robert y yo continuábamos teniendo relaciones íntimas y creo que a los dos nos resultaba difícil hablar las cosas abiertamente. De forma paradójica, él parecía quererme más cerca. Quizás fuera la intimidad previa al final, como un caballero que compra joyas a su amante antes de decirle que su relación se ha acabado. (...)
Comenzamos a hacernos más regalos. Bagatelas que encontrábamos en un rincón polvoriento del escaparate de una tienda de empeños. Objetos que nadie más quería. Cruces de pelo trenzado, deslustrados amuletos, y haikus de amor escritos en cintas y cuero. Nos dejábamos notas, pastelitos. Cosas. Como si pudiéramos taponar el agujero, reconstruir la pared resquebrajada. Llenar la herida que habíamos abierto para permitir la entrada a otras experiencias."
Patti Smith, Eramos unos niños, Lumen, Barcelona, julio 2010
la intimidad previa al final...
ResponderEliminarque clara se vé..cómo se sabe que está...pero no se dice nada...
Besos