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Clarice Lispector, Un soplo de vida, Siruela, Madrid, septiembre 2008.
"El desierto es un modo de ser (...) De día el aire destella. Y están los espejismos. Se ve de tanto querer ver, un oasis de tierra húmeda y fértil, palmeras y agua, sombra, al fin sombra para los ojos que al sol enloquecido se vuelven verde esmeralda" - clarice lispector
"El sonido sedoso y crujiente del papel y las hojas eran tan fuerte que el mundo parecía hecho de hojas y flores temblorosas y brillantes al viento y a la luz del sol. (...) Esa tarde fugaz, todo parecía delicado y efímero. Parecía que sólo era un momento intrascendente de mayo, que la lluvia podía desteñir y marchitar, que el viento podía romper y soplar. (...) Lloró con amargura en honor de algo que iba mucho más allá de lo que entonces comprendía. Volvió a sentirse como se había sentido muchas veces, en los comienzos de su vida. Sintió la visita, leve y triste, de una sensación de trágica incompletud en su herencia, nunca del todo florecida, como si una sombra de error atravesara su camino y así, intacta, avanzara -en puntas de pie, a los tumbos, con su defecto sobre la frente-, para alcanzar el roce de una varita mágica, y no pudiera levantarse y, al intentarlo, se lastimara la piel y renqueara al bailar."
William Goyen, Angeles y hombres, La compañía, Bs. As., 2009.
fotografía: nicolás heredia