"Detesto las casas donde no pasa nada, las casas con todo en orden, los pisos, las paredes limpias. Las detesto porque creo, siempre, que una casa es su persona, su habitante. Y desconfío de la gente que no tiembla con el viento o las tormentas. (...) Cómo vivir en el eco, en la inacción, impulsados por una fuerza que ya no somos y nos repite? Quizás el encuentro con esa forma de vida, nos repliegue a la nostalgia de sentir en la propia, la vida subterránea que nos vive. Pero no podemos habitar el terror, hay que salir, profundizar la brevedad de la hermosura."
Marcelo Carnero, Pequeño territorio de lo cierto, Curandera, Bs. As., 2011
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