John Berger, Y nuestros rostros mi vida, breves como fotos, Hermann Blume, España, 1986
"El desierto es un modo de ser (...) De día el aire destella. Y están los espejismos. Se ve de tanto querer ver, un oasis de tierra húmeda y fértil, palmeras y agua, sombra, al fin sombra para los ojos que al sol enloquecido se vuelven verde esmeralda" - clarice lispector
John Berger, Y nuestros rostros mi vida, breves como fotos, Hermann Blume, España, 1986
La cita de Berger es exacta y exquisita, y te agrego estas palabras de Bachelard, habla de casa, física, pero es asimilable o complementaria a la noción de hogar: "...la casa es nuestro rincón del mundo. Es -se ha dicho con frecuencia- nuestro primer universo. Es realmente un cosmos. [...]...veremos a la imaginación levantar muros con sombras impalpables, confortarse con ilusiones de protección o, a la inversa, temblar tras unos muros gruesos y dudar de las más sólidas atalayas. En suma, en la más interminable de las dialécticas, el ser amparado sensibiliza los límites de su albergue. Vive la casa en su realidad y en su virtualidad, con el pensamiento y los sueños". Un abrazo, Marta
ResponderEliminargracias por tu bellísimo aporte, marta! bachelard es uno de los autores más lúcidos, observadores, detallistas y conmovedores que he leído en los útlimos tiempos; todos sus desarrollos sobre el hogar, la casa, y esos espacios inolvidables que se construyen durante la infancia son realmente formidables; ya subiré algún fragmento de "poética del espacio", merece tener su lugarcito en este blog, no?
ResponderEliminarte mando un fuerte abrazo, y nos vemos pronto.
Un espacio apenas, apenitas, visto desde los pequeños huecos que dejaban sus brazos, bah ! los de ella o los tuyos... daba lo mismo entonces porque el deseo de tenerte me cegaba y era casi tan intenso como el resplandor que dejaba entrar el vacío de tus manos para que, mis ojos en los tuyos, respiren;
ResponderEliminarEse deseo, esa fuerza que va más allá o viene del "no se donde" bastó para liberarme, y encontrarme (sin salir de la sombra que me abrigaba) justo ahi, parado donde tus mares leyeron y contaron como era tu hogar en el mundo real, y donde los mios, cerrados, decían (chorreados de sueños) que todo terminaría cuando cuando se enoje el despertador.
Muy lindo tu blog. Emiliano