"Llueve y llueve y los árboles
se iluminan como piedras bajo el agua;
una bruma naranja de tonos pardos,
una neblina amarillenta,
en la tierra, un alga morada
que ha perdido sus hojas.
Las ramas lanzan sus tentáculos,
amento y matas rojas
que anhelan el verano.
Desde la ventana puedo ver
la pradera que atravesé ayer tarde:
musgos punzantes
en la fina hierba del año pasado, flores blancas,
diminutas, y gélidas.
Esta es una habitación
en la que tú no estarás nunca;
en el exterior, una carretera
que nunca
recorrerás conmigo. Es tan
difícil de creer.
Esto no es una estación,
sino una pausa
entre un futuro y otro,
un día detrás de otro,
un espacio para inspirar antes de la muerte,
una inspiración, la lluvia
que se lanza a la tierra desde
el cielo gris azulado, gozo en estado puro".
Margaret Atwood, Historias reales, Bruguera, Barcelona, enero 2010.
se iluminan como piedras bajo el agua;
una bruma naranja de tonos pardos,
una neblina amarillenta,
en la tierra, un alga morada
que ha perdido sus hojas.
Las ramas lanzan sus tentáculos,
amento y matas rojas
que anhelan el verano.
Desde la ventana puedo ver
la pradera que atravesé ayer tarde:
musgos punzantes
en la fina hierba del año pasado, flores blancas,
diminutas, y gélidas.
Esta es una habitación
en la que tú no estarás nunca;
en el exterior, una carretera
que nunca
recorrerás conmigo. Es tan
difícil de creer.
Esto no es una estación,
sino una pausa
entre un futuro y otro,
un día detrás de otro,
un espacio para inspirar antes de la muerte,
una inspiración, la lluvia
que se lanza a la tierra desde
el cielo gris azulado, gozo en estado puro".
Margaret Atwood, Historias reales, Bruguera, Barcelona, enero 2010.
Imagen: paula aramburu
Para tener ya esta semana brotes de árboles y las primeras flores, fue necesaria la lluvia de toda la semana pasada...
ResponderEliminarBesotes