martes, 13 de agosto de 2013

la nieta del sr. linh II - philippe claudel

"Son dos abigarradas y bulliciosas corrientes que se mezclan y de vez en cuando se agitan formando grandes remolinos, parecidos a los que durante la estación de las lluvias agitan el río de los Dolores, cuyas aguas pasan no muy lejos de la aldea.
   El río recibe ese nombre porque, según la leyenda, una mujer perdió en él a sus siete hijos el mismo día, cuando intentaba bañarlos. Desde entonces, si se escucha con atención cerca de la orilla, algunas noches puede oírse el llanto de la madre saliendo del río, al que acabó arrojándose, desesperada por la muerte de sus pequeños. 
   Pero sólo es una leyenda que se murmura por la noche junto al fuego para asustar a los niños e impedir que se ahoguen, porque es un río realmente hermoso, abundante en peces y de aguas límpidas en las que apetece bañarse. En su corriente se cogen gambas de agua dulce y pequeños cangrejos que luego se asan a la brasa. Los hombres hacen beber en él a los búfalos. Las mujeres lavan la ropa en sus aguas, y también sus largas cabelleras, que flotan como algas de seda negra. El bambú crece en sus orillas, a la espera de ser cortado y puesto a secar. El río tiene el color de los árboles que se reflejan en él y hunden las raíces bajo su lecho absorbiendo su frescura. Pájaros verdes y amarillos vuelan al ras del agua como flechas de luz inaprensibles, casi soñadas. 
   El Sr. Linh abre los ojos. Algún día tiene que contarle a Sang Diu todo eso, hablarle del río, de la aldea, del bosque, de la fuerza de su padre y la sonrisa de su madre."

Philippe Claudel, Op. Cit.  

miércoles, 24 de julio de 2013

entre cielo y tierra - jón kalman stefánsson

"El que muere se transforma al instante en pasado. (...) y la vida desaparece en una fracción de segundo y la persona se transforma en pasado. Todo lo relacionado con ella se convierte en recuerdos que te esfuerzas en conservar, pues olvidar es traición. Olvidar cómo bebía café. Cómo reía. Cómo levantaba los ojos. Y sin embargo, olvidas. La vida lo exige. Olvidas despacio, sin prisa, y puede llegar a doler tanto que desgarra el corazón."

Jón Kalman Stefánsson, Entre cielo y tierra, Salamandra, España, septiembre 2011. 

domingo, 7 de julio de 2013

la nieta del sr. linh - philippe claudel

"Nada le resulta familiar. Es como si hubiera venido al mundo por segunda vez. Pasan coches que nunca ha visto, en un número incalculable, como un fluido y ordenado ballet. En las aceras, los hombres y las mujeres andan muy deprisa, como si les fuera la vida en ello. Nadie lleva harapos. Nadie pide. Nadie mira a nadie.  (...) Mirar todo eso le da vértigo. Recuerda su aldea como se recuerda algo que se ha soñado sin saber a ciencia cierta si era un sueño o una realidad desaparecida.
   La aldea no tenía más que una calle. Sólo una, y de tierra batida. Cuando caía la lluvia, violenta y perpendicular, la calle se convertía en un impetuoso torrente en el que los niños correteaban desnudos. Cuando estaba seca, los cerdos dormían y se revolcaban en el polvo, y los perros se   perseguían ladrando. En la aldea se conocía todo le mundo, y todo el  mundo se saludaba. En total eran doce familias, y cada una se sabía la historia de las demás, los nombres de los primos, los abuelos, los antepasados, y estaba al corriente de los bienes que poseían unos y otros. El pueblo, en suma, era como una gran y única familia distribuida en casas erigidas sobre postes, entre los que gallinas y patos picoteaban el suelo y cacareaban. El anciano repara en que, cuando habla de la aldea consigo mismo, lo hace en pasado. Y siente una punzada en el corazón."

Philippe Claudel, La nieta del Sr. Linh, Letras de bolsillo, Madrid, 2010.