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domingo, 7 de octubre de 2012

kléber chrome - georges perec

   "Qué son las las manzanas? Por qué las manzanas? Con qué derecho el manzano? Sabemos que, la mayor parte del tiempo, el manzano está seguro de su legitimidad, y que es inútil, sino peligroso, plantearse preguntas sobre la validez, la pertinencia de su existencia y de su función. Pero, finalmente, tarde o temprano, llega un momento en que lo que comúnmente se denomina evidencia deja de cumplir su papel, en que no basta con caminar para probar el movimiento, con respirar para vivir. A partir de entonces, todo se vuelve pregunta, pero pregunta sin respuesta; apenas formulada, la interrogación parece no tener otro efecto que la destrucción: buscando la verdad, la prueba, el que cuestiona sólo encuentra la duda. (...) sólo la muerte, al fin y al cabo, parecerá constituir ese límite exigido a partir del cual la vida volverá a encontrar su carácter de evidencia.
   El libro es la huella de esa búsqueda infructuosa bajo la cual aparece ese filigrana de la escritura que busca su verdad: un juego cuyas reglas son muy simples, pero cuya partida es la de las más desesperadamente complicadas."

Georges Perec, Nací, Eterna Cadencia, Bs. As., agosto 2012.
    

domingo, 23 de septiembre de 2012

la pared - irene gruss

I
"Le hablo a la pared.
Hay quien escribe poemas
en un muro y luego se despide, tira
la carbonilla a un lado.
Lo mío es hablarle siempre a la pared,
antes de que la derrumbe un fuego
o el tiempo simple.

Ah, ilusa,
empecinada en atender lo que calla,
lo que dice.

IV
Corres hacia la orilla,
lo que pensabas o tan simplemente veías
como mar
no era.
"El mar es una pared",
dices.

IX
Te quiero -digo
a la pared.

XII
A decir verdad,
la pared no deja pasar nada.
Es por eso que se pinta a la cal,
resguarda el No: la impenetrabilidad pone a prueba
también la lluvia como duda: "Eres así,
materia leve?"

XVI
Cabeza muerta la pared,
echo cal viva sobre esa cabeza
adiós adiós el pensamiento o la flor
allí enredada, la hojita
que titila y se aferra al viento.
No digas más. No digas Nada."

Irene Gruss, La pared, Nudista, Córdoba, 2011. 

viernes, 25 de mayo de 2012

la revolución es un sueño eterno - andrés rivera


"Qué juramos Saavedra, Belgrano, yo, Paso y Moreno, Moreno, allá, el último de la fila viboreante de hombres arrodillados en el piso de ladrillos de la sala capitular del Cabildo, la mano de Moreno, pequeña, pálida, de niño, sobre el hombro de Paso, la cara lunar, blanca, fosforescente, caída sobre el pecho, las pistolas cargadas en los bolsillos de su chaqueta, inmóvil como un ídolo, lejos de la luz de velones y candiles, lejos del crucifijo y los Santos Evangelios que reposaban sobre el sitial guarnecido por un mantel blanco y espeso? Qué juró Moreno, allí, el último en la fila viboreante de hombres arrodillados, Moreno, que estuvo, frío e indomable, detrás de French y Berutti, y los llevó, insomnes, con su voz suave, apenas un silbido filoso y continuo, a un mundo de sueño, y French y Berutti, que ya no descenderían de ese mundo de sueño, armaron a los que, apostados frente al Cabildo, esperaron como nosotros, los arrodillados, el contragolpe monárquico para aplastarlo o morir en el entrevero?
   Que juramos allí, en el Cabildo, de rodillas, ese día oscuro y otoñal de mayo? Qué juró Saavedra? Qué Belgrano, mi primo? Y qué el doctor Moreno, que me dijo rezo a Dios para que a ustred, Castelli, y a mí, la muerte nos sorprenda jóvenes?
   Juré, yo, morir joven? Y a quién juré morir joven? Y por qué?"

Andrés Rivera, La revolución es un sueño eterno, Alfaguara, Bs. As., mayo 2004. Esta novela obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1992, una de las más grandes novelas argentinas.
imagen: juan josé castelli

viernes, 6 de abril de 2012

en breve cárcel - silvia molloy


"Hoy querría estar sola en el mar: cómoda en el agua, dejándose ir, sin que nadie la llame desde la costa, sin salvatajes espectaculares. Simplemente con el agua, con el mar violento que añora porque lo necesita cada vez más. En esas vacaciones desaparecían los horarios o se modificaban tan radicalmente que el ritrmo que marcaban era casi suyo. No se almorzaba a la una sino a las tres; no se comía a las nueve sino a las once. El pueblo al borde del mar era entonces casi un pueblo de campo, con algunas calles asfaltadas, con muchas diagonales que partían de una plaza central invariablemente seca, decoradas con palmeras y un general de bronce: era un puñado de manzanas que de pronto se disolvía en quintas y potreros. (...) No es del todo verdad que necesite de recintos estancos como el cuarto en que vive, como el cuarto de baño en el que de chica se fabricaba una existencia, para imaginar: suelta en el mar, urdía fantasías igualmente satisfactorias. Habría querido, aunque fuera una única vez, volver al mar por la tarde, sola, quedarse en el agua hasta sentirse entumecida y totalmente entregada a las olas. Entonces se habría dejado llevar sin miedo, a una hora en que ya no había bañeros ni figuras maternales que se agitaban en la playa, y se habría dormido lejos, muy lejos de la costa, sintiéndose segura."

Silvia Molloy, en breve cárcel, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 2012.

domingo, 22 de enero de 2012

viaje al corazón del día II - armonía somers

"Y que desafié la tristeza de los domingos de que sufre tanta gente. Y todo eso porque conocí el amor más grande que pueda caber en una tan limitada vida como la que nos dieron, ya que precisamente ese amor estaba en el fondo incontaminado de la tierra, aquel hoyo con un fuego de consumación total como el del magma y no la tibia luz de los equinoccios donde fluctúa la mediana gente que anda en la superficie."

Armonía Somers, Viaje al corazón del día, el cuenco de plata, Bs. As., 2011.
Ilustración: paula domínguez romeo

jueves, 19 de enero de 2012

pequeño territorio de lo cierto - marcelo carnero




"Detesto las casas donde no pasa nada, las casas con todo en orden, los pisos, las paredes limpias. Las detesto porque creo, siempre, que una casa es su persona, su habitante. Y desconfío de la gente que no tiembla con el viento o las tormentas. (...) Cómo vivir en el eco, en la inacción, impulsados por una fuerza que ya no somos y nos repite? Quizás el encuentro con esa forma de vida, nos repliegue a la nostalgia de sentir en la propia, la vida subterránea que nos vive. Pero no podemos habitar el terror, hay que salir, profundizar la brevedad de la hermosura."

Marcelo Carnero, Pequeño territorio de lo cierto, Curandera, Bs. As., 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

en la intimidad del habla - diana bellessi

"La experiencia de la poesía surge muy tempranamente en la vida del ser humano, un momento antes de la apropiación del lenguaje, cuando agrestes aún nos expresamos con el grito, el llanto, la risa, las ecolalias con sus cadenas repetitivas llenas de matices y las primeras adquisiciones silábicas que se mezclan y se hibridan creando una lengua de frontera, dueña de capacidades rítmicas, de un poder significante que luego nunca podremos igualar. Allí sabemos que el lenguaje canta y que no proviene sólo de nuestra cabeza, sino también de nuestro cuerpo, del rumor de la sangre y el hálito de nuestra respiración; una cosa viva en contínuo movimiento y consonancia que se cruza en sincronía, contigüidad, asintonía con el vasto susurro que emite lo viviente y aún lo mecánico. Presos y salvos al mismo tiempo en la cercanía de la voz."

Diana Bellessi, La pequeña voz del mundo, Taurus, Bs. As., 2011

sábado, 29 de octubre de 2011

la llegada a la escritura - héléne cixous

"Cómo no habría deseado yo escribir? Puesto que los libros se apoderaban de mí, me transportaban, me traspasaban hasta las entrañas, me hacían sentir su poder desinteresado; puesto que me sentía amada por un texto que no se dirigía a mí, a tí, sino al otro; atravesada por la vida misma, que no juzga, que no elige, que toca sin señalar: agitada, arrancada de mí, por el amor? (...) esto fue lo primero que supe: que la vida es frágil y que la muerte tiene el poder. Que la vida, ocupada como está en amar, en incubar, en mirar, en acariciar, en cantar, se encuentra amenazada por el odio y la muerte, y que tiene que defenderse. (...) Entonces, cuando lo has perdido todo, no hay más camino, no hay más sentido, no hay más signo fijo, no hay más suelo, no hay más pensamiento que resista otro pensamiento, cuando estás perdida, fuera de tí, y continúas perdiéndote, cuando devienes el movimientro enloquecedor de perderte, entonces es por ahí, desde ahí, donde eres trama despedazada, carne que deja pasar lo extraño, ser sin defensa, sin resistencia, sin barra, sin piel, completamente abismada de otra, es en esos tiempos jadeantes cuando escrituras te atraviesan, eres recorrida por cantos de pureza inusitada, porque no se dirigen a nadie, brotan, surgen, fuera de la garganta de tus habitantes desconocidas son gritos que la vida y la muerte arrojan al combatirse. (...) Hay posibilidades que no surgieron nunca. Otras totalmente imprevistas que nos ocurrieron una sola vez. Flores, animales, artefactos, abuelas, árboles, ríos, nos atraviesan, nos cambian, nos sorprenden. Escribir: primero soy tocada, acariciada, lastimada, después busco descubrir el secreto de ese tocamiento para extenderlo, celebrarlo y transformarlo en una caricia distinta."

Héléne Cixous, La llegada a la escritura, Amorrortu, Bs. As., 2006.

sábado, 1 de octubre de 2011

la poesía según ana lafferranderie, joaquín valenzuela y javier cófreces

Una escena de infancia - Ana Lafferranderie

"Tendría unos nueve o diez años y estaba mirando por la ventana de mi habitación, un tercer piso. Tuve una sensación de perplejidad: cierta distancia emocionada en relación a eso que veía. Como si lo estuviera viendo con otros ojos desde otra dimensión. Gente pasando por la calle, caminando lento como ocurre en los barrios. Algún perro, un auto con su sonido. El sol sobre las copas de los árboles. La vida transcurriendo frente a mí. Y ese transcurrir de lo vital se manifestó por primera vez como un hecho poético. Lo que veía se integraba a un todo, una única cosa que repercutía en mí con una intensidad desconocida. Algo parecido había sentido al escuchar algunas canciones, una emoción que atravesaba el cuerpo y lo dejaba quieto y asombrado en su propio sentir. Pero esta vez me generó una urgencia por ponerlo en palabras. Fui a un cuaderno azul con botes de colores en las tapas y ahí escribí algo sobre la belleza de estar viva. Fue el primer texto de mi cuaderno de infancia donde quedó el primer atisbo de esta forma única, de esta luz sin tiempo que nos pega en la cara cuando hay poesía."

* * *

Tocar, ver la poesía - Joaquín Valenzuela

"Mi primer contacto con la poesía lo tuve a los siete u ocho años. Digo contacto hablando de tocar, ver la poesía escrita a mano, con tinta negra aguachenta, en cuadernos amarillos, o impresa, casi grabada en revistas lejanas ya para aquellos tiempos: eran las poesías de mi bisabuela, Betina, que había sido poetisa, como se decía de entrecasa. (...)
Mi abuela y mi tía abuela tenía reunidos en un volumen hecho a mano recortes con los poemas de su madre aparecidos en los diarios del pueblo y alrededores. Todo esto va a ser tuyo, me decían, cuando nosotras no estemos. Todavía me sé un poema que recitaba de memoria en cuanta reunión familiar había.
Con el tiempo todo ese material quedó en mis manos.
Claro que en esa época yo no pensaba mucho en la poesía, yo quería ser payaso, director de circo, contador de historias ambulante, fabricante de títeres (cosa que conseguí) y entonces, ahora, creo que a veces todos esos oficios se juntan, se condensan y, también, a veces, me hacen escribir poesía."

* * *

Inventar mundos y recrearlos - Javier Cófreces

"(...) En aquel tiempo tenía muy buena memoria y los curas se aprovecharon de ella. Me tomaron como un prodigio y me hacían memorizar poemas de treinta o cuarenta estrofas que me aprendía en pocos días. En su mayoría eran gauchescos, pero también recitaba a poetas católicos que hablaban de Dios y de la Virgen. Un chico me acompañaba con la guitarra, otro con un tonete y otro con un bombo, y nos llevaban de escuela en escuela para hacer nuestro número en vivo. Terminé el colegio detestando todo aquello que se escribía finito y alargado. Los curas me agotaron la memoria y no volví a recuperarla...
Volviendo al comienzo de la historia, cuando leí el libro Los exorcismos sentí que se me abría la cabeza y comprendí que "poesía" era también otra cosa. Que no era solamente insoportables exclamaciones rimadas. Descubrí que los poemas podían inventar mundos y recrearlos. Que podían sorprendernos y enriquecernos desde la palabra y las imágenes que evocan. En fin, que podía iluminarnos la vida. (...)".

Revista II Festival de Poesía en la Escuela, op. cit.

viernes, 30 de septiembre de 2011

juego y creación poética en la escuela - marisa negri

"Escribir poesía en la escuela siempre comienza con un juego. Acrósticos con las letras del nombre, frases con una letra inicial o juegos de diccionario suelen ser el primer escalón que nos asoma a esa otra manera de vivenciar el lenguaje que, para los programas de estudio, suele quedar recluido al último capítulo de los manuales de eneseñanza.
Estamos jugando y todo vale. En esta etapa inicial tomamos versos prestados, completamos estructuras, hacemos largas listas de campos semánticos en el pizarrón. Es la fase de las combinatorias y los resultados tienen a veces mucho de disparate. (...)
Una vez que sabemos lo que estamos diciendo, cómo lo decimos de la mejor manera? Metáforas, imágenes sensoriales, sinestesias y otros recursos expresivos con propuestos para nutrir el texto. (...)
La escritura poética vincula, define, da identidad. Y un buen día, aquel alumno que siempre acataba nuestras sugerencias se rebela y elige una opción distinta a la que le proponemos. Es un instante mágico: asistimos al nacimiento de un poeta."

marisa negri, Revista II Festival de Poesía en la Escuela, op. cit.

la fuerza de lo pequeño - victoria schcolnik

"(...) La poesía logró cultivar una fe en mí: la creencia en que trabajar sobre el lenguaje, aunque con la velocidad de la erosión, puede ofrecer nuevas formas de conectar con lo real; o mejor dicho, puede comunicarnos con algo que está en la realidad y que es de muy difícil acceso, pero que podría brindarnos una comprensión más justa acerca del mundo. La poesía es la fuerza de lo pequeño: actúa con la profundidad de lo imperceptible.
Mi poesía empezó a enriquecerse cuando advertí que escribir era ir fomentando ese tipo de conocimiento sobre el lenguaje: que no es un saber clasificable, acumulativa, no hay una serie de fórmulas aplicables a todas las situaciones. Su modo, más bien, es el de una práctica, es como si empezaran a generarse conexiones desconocidas entre las funciones inteligentes, sensibles, perceptivas, lingüísticas. Es un estudio sobre la imensidad de la lengua."

victoria schcolnik, Revista II Festival de Poesía en la Escuela, op. cit.

sábado, 10 de septiembre de 2011

fragmentos del libro invisible - silvina ocampo

"Creo en un número incalculable de dioses que moran en el sonido, en la forma, en el color, en la fragancia. (...) Las flores y todos los elementos que componen la naturaleza tienen voces sutiles. El espacio está tejido por estas voces. El silencio jamás es absoluto. En las noches más profundas oímos siempre un murmullo lejano, revelador de una suma de infinitesimales voces: todos los pensamientos que se formulan en el mundo vibran en esas voces. En una piedra podemos oír, si escuchamos con atención, el trayecto del tiempo; en el ruido de la lluvia podemos oír el diálogo vacilante de los primeros hombres; en ciertas plantas podemos oír a las mujeres de la antigüedad elaborar secretos; en el estruendo de las olas que se elevan en los mares podemos oír la aclaración de algunos hechos históricos; ciertas alondras nos traen anuncios del futuro más próximo. Si ustedes no se dignan oír estas voces, cómo podría un dios oír las vuestras?".


Silvina Ocampo, op. cit.

autobiografía de irene - silvina ocampo




"Me amaba: en la noche, en el patio oscurecido de mi casa, yo sentía crecer, con la naturalidad de una planta, su amor involuntario./ (...) A veces un acontecimiento que me parecía laberíntico, lento en desarrollarse, casi infinito, cabe en dos palabras. Mi nombre, escrito en tinta verde o con un alfiler, en su brazo, que ocupó seis meses de mi vida, ocupa ahora una sola palabra. Qué es estar enamorado? Durante años se lo pregunté a la maestra de piano y a mis amigas. Qué es estar enamorado? Recordar, en la complicación de otros espacios, una palabra, una mirada; multiplicarlas, dividirlas, transformarlas (como si nos desagradaran), compararlas, sin tregua. Qué es un rostro amado? Un rostro que nunca es el mismo, un rostro que se transforma infinitamente, un rostro que nos defrauda...".



Silvina Ocampo, Autobiografía de Irene, Lumen, Bs. As., 2008.

lunes, 20 de junio de 2011

notas al pie de nada ni de nadie - alberto szpunberg

7.
"Por nuestra manera de caer uno en el otro
la lluvia en la ventana nos pide que le abramos
un resquicio aunque sea, esa grieta
por donde la hiedra se asoma a la intemperie:
no son pasos los pasos que por fin se alejan
sino el roce de las ramas contra el muro,
nuestro propio jadeo hasta el límite del llanto."

13.
"Ella vive en una casa techada por el cielo
y las gaviotas y las nubes recorren sus sueños:
donde se asoma, se abre una ventana,
donde camina, una puerta da al mar,
sin más llaves que sus manos tendidas
al llamado ligerísimo del aire."

21.
"Echemos el ancla y ajustemos las amarras:
nunca nada es para siempre,
pero huele a vino el aire de la tarde y qué mesa
no nos hará sentir que estamos, por fin, en casa.

Mañana, por favor, no me despierten."

Alberto Szpunberg, Notas al pie de nada ni de nadie, bajo la luna, bs. as., 2007.

los niños de japón - alejandra correa

Keiko/ Marika

I
"Es tan difícil
a veces
despertar
siendo niña"

IV
"Soy como tantas
mujecitas de este mundo

un vigoroso duraznero
de jardín

enorme y bellos frutos
penden de mis brazos

y mis raíces
muriéndose"

Kimitake

VIII
"Larga espera
de los días
y los ojos
en la luz que cambia

y después
años después

darme cuenta de que salí
pero me llevé conmigo"


La lejana

I
"Hay un libro
en la orfandad

en él escribo mis días"

IV
"Este ojo mío
es una ranura
por la que espío
cómo duermen los niños
en esos lechos duros
como el hueco
de una tumba"


"Los niños de japón

como doradas hojas
y siervos que agonizan

una incumplida promesa
de primavera"

Alejandra Correa, Los niños de Japón, Ediciones Recovecos, Córdoba, noviembre 2010
imagen: el pibe efervescente

jueves, 2 de junio de 2011

el nudo - claudia masin

"Porque no va a ser posible, a menos que pueda amarte, amar
a quien sea. Porque es un nudo escurridizo el amor, que se desliza
de mis manos a las tuyas, y no hay culpa ni condena en esa fuerza
desmedida que me arranca el deseo de vivir, es el mismo poder
que de repente hace que la tierra se convulsione
o estalle una caldera, pura presión de los elementos,
sin intervención de voluntad alguna.
Es el amor el estallido que me resta, pero es uno
que no trae violencia. Pensemos en el rocío cuando cae,
desmembrada el agua en mil haces pequeños,
pensemos en la curva de la luz descomponiéndose en colores
en el cielo, en las estrellas fugaces y su rápida aparición
y desaparición, en las cosas que intensa y suavemente
se abren y despliegan su potencia. Así el amor
que está encerrado y se resiste a morir sin abrazarse a la materia,
sin tocarte una vez para dejarme libre, roto el hechizo
como se ha roto y recompuesto ya mil veces
mi confianza en un contacto entre dos cuerpos
donde el calor se expanda sin quemar e irradie
su resplandor sobre la vida, como una hoguera modesta,
hecha con pocos leños, pero duradera."

Claudia Masin, La plenitud, hilos editora, agosto 2010.

jueves, 26 de mayo de 2011

daño - claudia masin




"A fines del siglo pasado, un pueblo, en la Polinesia,
quedó arrasado por la lava desprendida de un volcán
en erupción. Fue borrado de los mapas desde entonces,
como si hubiera sido una ilusión óptica, un espejismo
construido por los viajeros durante la travesía
para soportar la soledad, y después devolverlo
a su origen de sueño. Un solo sobreviviente, dijeron
las noticias. De todo el pueblo, los hombres,
las mujeres, las familias, no quedó más
que un joven trabajador de las minas de carbón,
encerrado en una cueva pequeña como una celda,
en el corazón tembloroso de la tierra. Se tardan años
-decías- en diseñar la particularidad
de nuestra herida. Una ciudad crece durante días y días
en un lugar, crea sus mitos, sus pasiones,
arduamente consigue lo imposible: mantenerse igual
a sí misma. Un cambio inesperado
en la dirección de los vientos,
un movimiento comenzado hace décadas
dentro del vientre del volcán, la convierten
en un valle desierto por donde cruzan los pájaros
en su vuelo hacia el este. Años más tarde,
alguien construirá sobre las ruinas los cimientos
de otras cosas, un pueblo entero cuya cartografía
seguirá el dibujo escondido del río de lava
subterráneo. Tenías razón: no hay olvido.
La memoria del daño, como la memoria del placer,
nunca termina. Si dos sobrevivientes
volvieran a encontrarse en la calle, por azar,
evacuado hace ya mucho tiempo el escenario
del desastre, se reconocerían al instante.
Como ese minero solitario en su refugio, yo
te espero. En silencio, pero muriendo de deseos
de decir: estoy aquí."

Claudia Masin, La vista, Visor, España, 2002.
imagen: paula aramburu

sábado, 14 de mayo de 2011

apuntes/ luces que a lo lejos - alberto szpunberg

Apuntes

"Es así, como la lluvia en la tarde,
nunca termino de llegar al fondo de tus ojos.
Demasiado dolor para hablar sueltamente del futuro,
cuando el húmedo brillo de la corteza huele a un bosque
crecido de golpe en el corazón del invierno, esta tarde, esos muertos.

Pero a qué abrazarme sino a tí, contra qué ventana
ver los hilos de la lluvia sino en tus ojos,
desde qué espera, bajo qué silencio.

A qué huele la tibieza de tu abrigo de lana
si no a esta lluvia, si no a tí misma,
tejida y desflecándose en el aire de la tarde?

En la hornalla ronronea el agua.
Encendamos un cigarrillo en su fuego y fumemos tranquilos:
existes, vivimos, y creo que te amo."

Alberto Szpunberg, Apuntes/ Luces que a lo lejos, Ediciones Colihue, Bs. As., 2008
imagen: paula aramburu

martes, 10 de mayo de 2011

al sur de la frontera, al oeste del sol II - haruki murakami

"No volví en mí hasta unas cuantas horas después. Yo era una cáscara vacía y, a través de mi cuerpo, reverberaba una resonancia hueca. Era consciente de que me había quedado vacío. Todo, absolutamente todo lo que mi cuerpo debía de haber contenido hasta entonces había salido de mi interior. (...) El paisaje donde posaba los ojos fue recobrando algo de color y la sensación incierta de estar andando por la superficie de la luna fue perdiendo fuerza. La gravedad se alteró de una manera extraña y sentí de una manera imprecisa, como si contemplara a través de un cristal algo que le ocurriera a otra persona, cómo iban desprendiéndose de mi cuerpo, una tras otra, todas aquellas cosas que se habían adherido a él./ Al mismo tiempo, algo que había en mi interior se borró y extinguió para siempre. En silencio, de una manera definitiva."

Haruki Murakami, op. cit.

domingo, 1 de mayo de 2011

al sur de la frontera, al oeste del sol - haruki murakami

"Los fantasmas estaba siempre presentes, aferrándome con fuerza. Cuando llovía, todo era aún peor. Con la lluvia, me asaltaba la ilusión de que, de un momento a otro, iba a aparecer (...). Todas mis palabras perdían fuerza y se iban derramando poco a poco fuera del mundo real como las gotas de lluvia que se deslizaban por los cristales de la ventana. Esas noches sentía que me ahogaba. Las noches de lluvia deformaban la realidad, distorsionaban el tiempo./ Cuando me cansaba de ver fantasmas, me plantaba ante la ventana y me quedaba mirando hacia fuera. A veces me sentía abandonado en una tierra seca y muerta. Como si la cadena de visiones hubiera succionado todo el colorido del mundo que me envolvía sin dejar una pincelada. Todo cuanto se reflejaba en mis ojos era monótono, vacío, provisional; y todo de color arena. Me acordé de aquel compañero de instituto que me había traído noticias de Izumi. Me había dicho: 'Hay muchas maneras de vivir. Hay muchas maneras de morir. Pero eso no tiene ninguna importancia. Al final sólo queda el desierto'."

Haruki Murakami, Al sur de la frontera, al oeste del sol, Ed. Tusquets, Bs. As., febrero 2011.

imagen: paula aramburu