veré la costa irregular de un mar
claro rodeado por torreones y peñascos,
la arena tibia entre mis dedos, la sal
del océano en el cuerpo; comeré higos
florecidos en las higueras y beberé vino
que una vez fue uva tan dulce
tan blanca; buscaré un refugio
-que en nada se parece a un escondite-
y seré testigo del paso fugaz de navegantes
que, hipnotizados por el canto agudo
de las sirenas, sucumben atraídos
por los vientos y las corrientes marinas
del Mediterráneo; pisaré calles antiguas,
superficies rocosas, y escalaré sin temblar
torres y cementerios; y sentiré,
por las noches sentiré las manos fuertes,
abiertas, de un hombre alto y delgado,
un hombre de ojos intensos que habita
una isla tan blanca como desierta
paula aramburu, 27.07.10
me gustó el viaje
ResponderEliminara propósito: andarás por esos lugares próximamente?
no exactamente por "ese" lugar, pero sí un lugar donde brilla el sol, la arena es tibia, el agua del mar es fresca, salada y transparente... un lugar donde alejarme de tanto invierno...
ResponderEliminar