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martes, 22 de febrero de 2011

qué nos conmueve?

Cuando estuvo Irene Gruss dictando un taller de poesía en el Festival Internacional de Poesía de Rosario 2010, entre otras cosas, lo primero que nos preguntó fue: "qué los conmueve"?

Me conmueve viajar, recorrer rutas, caminos, autopistas, calles y callecitas, navegar, atravesar túneles y puentes, todo lo que implique un trayecto, un traslado, un desplazamiento de un punto a otro, eso me genera un estado único. Sentir mi cuerpo sumergido en el agua, ya sea de una pileta de natación con agua fresca y limpia, o en un mar de agua celeste, verde, clara. Me conmueven las grandes superficies que se pierden en el horizonte: los desiertos de arena, roca, tierra, hielo y sal; las cadenas montañosas, las mesetas, las dunas, las llanuras verdes y amarillas, si están sembradas mejor, los campos de girasoles con sus caras mirando al sol, el mar en todos sus estados y a toda hora; el cielo, con o sin nubes, de noche, de día, gris, turquesa, rosado, naranja, azul, negro. La cara de la luna: sus ojos, la boca, y su nariz, que tan claramente sigo distinguiendo desde mi ventana, como cuando era chica. El ciclo de las cuatro estaciones. El paso del tiempo, las cosas que se pierden en ese paso, y las que se ganan, recuperan. El sonido de la lluvia repiqueteando en las hojas de las plantas y de los árboles, cuando cae y golpea contra las persianas, y el sonido que hacen las ruedas de los autos cuando la calle está mojada. Una brisa fresca en un día muy caluroso, y el alivio que viene con ella. El clima previo a las tormentas: esa atmósfera densa e incierta que se respira antes de que se escuche el primer trueno. El aroma de la tierra mojada, por la lluvia, por el riego, por el rocío de la madrugada; el perfume del césped recién cortado. Los hongos que crecen desde el fondo de la tierra y en la corteza de los árboles. El canto de las chicharras en las siestas de verano. Los aromas de la canela, el café y el chocolate; el pan recién horneado; el aroma de los jazmines y las fresias. Un desayuno en un hotel: no hay como el café con leche y las medialunas de los hoteles. La luz del crepúsculo. La forma que adquieren las nubes, y su invitación a ser interpretadas como si se tratara de un sueño o un jeroglífico. El movimiento del agua en cualquier lugar y circunstancia. La música, el sonido que emiten los violines, el piano. Las imágenes que veo a través de la lente de mi cámara. Un baño de inmersión con espuma y sales después de un largo día. Conseguir un libro inhallable. Un abrazo, un fuerte y largo abrazo. Ver crecer a mis sobrinos sanos, fuertes, inteligentes, buenos, generosos. El primer día que cada uno de ellos dijo "tía" con total claridad, y cuando la más chiquita me dice "ita, miá" mostrándome el mundo desde sus enorme ojos. El amor que me une a mi hermana. Los recuerdos de mi infancia junto a ella y mis padres.El amor que me une a mis amigos y amigas, a quienes quiero como esos hermanos que nos regala la vida, el tiempo. Todo lo recién nacido: una criatura, un animalito, el brote de una planta, una flor nueva... El vuelo de las mariposas. La migración de los pájaros. La vida de los pingüinos en tierras congeladas. No sólo me conmueve, sino que me quiebra al medio perder a la gente que amo; me conmueven las despedidas, los reencuentros, y esa conexión única, maravillosa, espontánea, genuina, sincera, que se da con muy pocas personas y sólo contadas veces en la vida. Me conmueven las personas apasionadas en el amor, apasionadas por su trabajo, por la escritura, por la vida. Me conmueve escribir, leer, econtrarme y descubrir las historias de los otros. Me conmueve sentirme enamorada (uno de los mejores estados que tuve la suerte de sentir). Y me conmovía hacer el amor con el hombre que amaba: su mirada, el tono de su voz, el modo en que me tocaban sus manos.

Y a Uds... qué los conmueve?

lunes, 19 de julio de 2010

gripe


debido al estado en que me encuentro desde hace unos días: fiebre, tos, laringitis, dolor de cuerpo, de cabeza y etcs. varios, lamentablemente no podré leer esta noche en el ciclo de poesía "tercer mundo".
lo siento tanto! con todos los poemas nuevos que fueron surgiendo esta semana después de tantos meses sin escribir... me quedo con las ganas de leer, de verlos, y de compartir un buen momento con todos uds.
ojalá podamos organizar nueva mesa de lectura para el lunes que viene, les aviso...
mientras tanto, aprovecharé este tiempito de reposo obligatorio para leer, escribir, responder algunos mails, actualizar mi blog con más poemas y relatos, tomar grandes tazas té de arándanos y manzana -traído del "gato negro"- con miel, permanecer abrigada, y dormir, dormir, hasta que logre recuperarme...

domingo, 17 de mayo de 2009

biografía del hambre - amélie nothomb


"A los siete años tuve la clarísima sensación de haberlo vivido todo.
Con la intención de estar segura de no haber olvidado nada de mi recorrido humano, recapitulé: había conocido la divinidad y su absoluta satisfacción, había conocido el nacimiento, la cólera, la incomprensión, el placer, el lenguaje, los accidentes, las flores, los demás, los peces, la lluvia, el suicidio, la salvación, la escuela, la degradación, el deagarramiento, el exilio, el desierto, la enfermedad, el crecimiento y el sentimiento de pérdida al que iba unido, la guerra, la embriagues de tener un enemigo, el alcohol -last but not least-, había conocido el amor, esa flecha tan bien lanzada al vacío."
Amélie Nothomb, Biografía del hambre, Anagrama, Barcelona, febrero 2008.

domingo, 26 de abril de 2009

por no estar distraídos - clarice lispector


que no les pase.
que no nos pase.

"Era la levísima embriaguez de andar juntos, la alegría como cuando se tiene la garganta un poco seca y se ve que por admiración se estaba con la boca entreabierta: ellos respiraban de antemano el aire que estaba por delante, y tener esa sed era el agua misma para ellos. Anadaban por calles y calles hablando y riendo, hablaban y reían para dar materia y peso a la levísima embriaguez que era la alegría de su sed. A causa de los coches y personas, a veces se tocaban, y con ese toque -la sed es la gracia, pero, las aguas son una belleza oscura-, con el toque brillaba el brillo de su agua, y la boca quedaba un poco más seca de admiración. Cuánto admiraban estar juntos!
Hasta que todo se convirtió en no. Todo se convirtió en no cuando quisieron esa misma alegría. Entonces la gran danza de los errores. La ceremonia de las palabras desacertadas. El buscaba y no veía, ella no veía lo que él no había visto, ella que estaba allí, sin embargo. Y él que estaba allí. Todo salía mal, y estaba la gran polvareda de las calles, y cuanto más se equivocaban, con más aspereza querían, sin una sonrisa. Todo porque habían prestado atención, sólo porque no estaban ya distraídos. Sólo porque, súbitamente exigentes y duros, quisieron dar un nombre; porque quisieron ser, ellos que ya eran. Y entonces aprendieron que, al no estar distraídos, el teléfono no suena, y es necesario salir de casa para que la carta llegue, y cuando el teléfono finalmente suena, el desierto de la espera ya cortó los hilos. Todo, todo por no estar ya distraídos".

Clarice Lispector, Revelación de un mundo, Adriana Hidalgo editora, Bs. As., 2005.

miércoles, 22 de abril de 2009

amor imperecedero (1967) - clarice lispector


"El hombre. Qué simpático es. Menos mal. Es él nuestra fuente de inspiración? Sí. Es nuestro desafío? Sí. Es nuestro enemigo? Sí. Es nuestro rival estimulante? Sí. Es nuestro igual al mismo tiempo por completo diferente? Sí. Es lindo? Sí. Gracioso? Sí. Es un niño? Sí. También un padre? Sí. Nos peleamos con él? Lo hacemos. Podemos seguir sin el hombre con quien nos peleamos? No. Somos interesantes porque al hombre le gustan las mujeres interesantes? Lo somos. Con el hombre tenemos los diálogos más importantes? Sí. Es el hombre irritante? También. Nos gusta que nos fastidie? Nos gusta.
Podría seguir con esta lista interminable hasta que el director me ordene parar. Pero creo que nadie me mandaría detenerme. Creo que toqué un punto neurálgico. Y, por ser un punto neurálgico, cómo nos duele el hombre. Y cuánto le duele la mujer al hombre."

Clarice Lispector, Revelación de un mundo, Adriana Hidalgo editora, Bs. As., 2005.